Una tapa de jamón crudo y un vermú, por favor
- Peregrino Errante
- 27 abr 2022
- 2 Min. de lectura
"Una tapa de jamón ibérico y un vermú por favor". Esa frase memorizada y repetida hasta el cansancio estuvo presente en cada paseo por la ciudad de Barcelona. Mis anfitriones, Agostina y Nacho, profesionales en el arte culinario, sobre todo en la investigación y degustación de las exquisiteces escondidas en los rincones de cada barrio, me llevaron a recorrer Barcelona sin permitirme obviar los placeres gustativos que guarda. Cuatro días a puro vermú y tapas de distintos tipos. Una fiesta de sabores típicos españoles.

No solo se trató de comer y beber, caminar por las pequeñas calles de los barrios de la ciudad es un encanto. La increíble obra de Gaudí: la Sagrada Familia, las construcciones antiguas que caracterizan el centro de la ciudad, sus símbolos, sus plazas escondidas entre callejones, la vista hermosa que hay desde el Monjuic, los bajos edificios separados por angostas callecitas, pequeñas fondas y cafés que te esperan a la vuelta de cada esquina. Levantando la vista hacia arriba los balcones tienen su espectáculo de colores, con plantas, flores y azulejos.

Antes de partir me prometí que antes de viajar hacia Turquía debía sumergirme en las aguas históricas del mar Mediterráneo. Y así fue. El día domingo fuimos a pasear a Sietyes, un pueblito pintoresco de construcciones antiguas que se encuentra ubicado en las afueras de Barcelona. El pueblo está junto a unas playas preciosas que fueron testigo de mi bendición en las aguas mediterráneas. Me paro frente a sus olas. Cierro los ojos. Respiro profundo mientras el viento frío hace prueba de mi valentía. A modo de respeto canto en mi cabeza el himno que Serrat le regaló. Abro los ojos, corro en dirección a la primera ola que me cruza el camino y de cabecita me entrego a su suerte. Ya no hay nada que temer. La historia de los pueblos que en estas aguas se aventuraron ahora me protege.

En fin, el paso por la ciudad catalana no pudo haber sido mejor. Primera y última parada en Occidente previo a adentrarme de lleno en Asia Menor con dirección a Irán.
Próximo destino: Estambul.
Ya leyendo tu maravilloso viaje. Seguramente, algunos de estos relatos me regalaran alguna sonrisa en el gélido invierno mendocino. Avanti y buenos augurios Jero querido!!!